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Criadero de gatos Bosques de Noruega en Madrid

 
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Origen de la raza Bosque de Noruega

El origen exacto de los Norsk Skogkatt (literalmente gato del Bosque de Noruega) se desconoce. Se cree que son el resultado de la mezcla entre gatos prehistóricos de pelo corto del sur de Europa que migraron a los países escandinavos y gatos de pelo largo de Oriente Medio introducidos en la zona durante la época de Las Cruzadas. Aunque hay muchas otras conjeturas al respecto.

La mitología nórdica, por su parte, no ha sido ajena al gato del bosque: el carruaje de Freyja, una de sus diosas, estaba conducido por ejemplares blancos de esta raza. Otros cuentos populares aseguran que los vikingos viajaban con gatos endémicos de su zona, presumiblemente Bosques de Noruega, para controlar plagas de roedores en sus barcas. Bien es cierto que las fábulas e historias locales sufren infinitas transformaciones antes de llegar a nuestros días y desde luego no tienen rigor científico, pero su simple existencia nos hace pensar que quizás, mucho antes de lo que creemos, los escandinavos ya convivían con estos gatos noruegos.

Una de las referencias más antiguas y plausibles a los gatos de los bosques noruegos, está en los documentos dejados por Peter Friis, sacerdote danés que vivía en Noruega y que en el año 1599 clasificó en tres tipos distintos al lince noruego: lobo-lince, zorro-lince y finalmente el gato-lince. Hoy sabemos, gracias a sus descripciones, que el gato-lince no es otro que el gato de raza Bosque de Noruega. Hay que tener en cuenta que en aquel entonces no se le daba el tratamiento de raza, era considerado como un gato común y así siguió siendo hasta 1977, cuando FIFE (Federación Internacional Felina) los reconoció oficialmente.

Sea como fuere, lo irrefutable y maravilloso es que los gatos Bosque Noruega o gatos Noruego del Bosque como también se les llama, constituyen una raza que ha evolucionado naturalmente sin la intervención humana y que no ha sido cruzada con otras. Su aspecto salvaje entonces era tal y como lo vemos hoy en día. La Madre Naturaleza en su infinita sabiduría y mediante la selección natural diseñó un gato singular, capaz de adaptarse al agreste paisaje nórdico y sobrevivir a sus difíciles condiciones climatológicas.
Convivencia con un gatito Bosque de Noruega

Los gatitos Bosques de Noruega tienen un carácter excepcional, a tal punto que se han ganado el apelativo de gato-perro. Tener un Bosque de Noruega es tener dos gatos en uno: El perfecto compañero de piso/casa: silencioso, limpio, cariñoso, juguetón, holgazán, cotilla y civilizado y de otro lado el salvaje tigre que impresiona: ágil, independiente, cazador y devorador.

Al igual que nosotos mismos, los Bosques de Noruega se adaptan a vivir lo mismo en pisos que en casas. Su pelaje espeso soporta temperaturas frías, pero estacionalmente mudan el pelo, por lo que no tendrían problema en adaptarse a climas cálidos. Es un gato que puede convivir perfectamente con el hombre en cualquiera de nuestros hábitats.

Sus necesidades fundamentales son:
-Bandeja de arena y arena absorvente, ambas deben limpiarse y desinfectarse con regularidad.
-Comida y agua suficiente.
-Malta de gatos o hierba gatuna para evitar la formación de bolas de pelo en el estómago.
-Atención veterinaria cuando la requiera.

Suele ser recomendable:
-Rascador o tabla para afilarse las uñas. Sobre todo para la integridad del sofá
-Juguetes para gatos. Así se les puede mantener entretenidos y alejados de los objetos decorativos de la casa.
-Un cojín o manta para dormir. Aunque la mayoría de las veces eligen su propia cama sin tener en cuenta nuestras preferencias.
-Cepillado regular. Ellos por si sólos se ocupan de su aseo y acicalamiento pero, sobre todo en época de muda, es útil retirarles el pelo muerto para evitar que lo suelten en la vivienda y prevenir la ingesta excesiva de pelo.
¿Con o sin Pedigrí?

Cualquier persona que pretende únicamente adquirir un Bosque de Noruega para que sea parte de su familia puede llegar a dudar sobre la utilidad del pedigrí y la practicidad de recogerlo en un criadero, sobre todo cuando en otros sitios los ofrecen muy parecidos y más baratos. La mayoría de las veces se ignora el trasfondo del asunto.

El pedigrí, no sólo sirve para demostrar que un ejemplar es, en efecto, un Bosque de Noruega, sino que también ofrece una garantía mínima del estado y condiciones en las que nació el gatito. Para inscribir los cachorros de una camada y antes de emitir sus pedigríes, las Asociaciones Felinas les exigen a sus miembros criadores unas condiciones básicas, que entre otras son: limitación en el número de camadas de las hembra; edades mínimas y máximas de los progenitores; vacunaciones y desparasitaciones regulares de padres y crías: exámenes concretos para prevenir ciertos problemas asociados a razas y tipos de gatos, etc.

Además de las directrices obligatorias, muchos criadores toman medidas propias intentado criar gatos cada vez más sanos, bellos y con mejor carácter: estudian genética básica felina; seleccionan cuidadosamente ejemplares de cría que complementen mejor a los que tienen; procuran que sus gatos estén sanos y aptos para la reproducción; retiran gatas que han tenido problemas para dar a luz; no repiten cruces de riesgo que anteriormente dieran como resultado abortos, tasas altas de mortalidad, descendencia débil o defectos congénitos o genéticos; evitan cruzar gatos con fallos según el estándar de la raza; desaconsejan la cría con ejemplares que tengan demasiados parientes sexualmente activos en la misma zona, para reducir la endogamia entre gatos vecinos; etc. Pero sobre todo, marcan una diferencia no arbitraria ni aleatoria entre los cachorros que podrán incluirse en un programa de cría y aquellos que, nunca, deberían dejar de ser gatitos de compañía.

Criar no es juntar un macho con una hembra. Criar implica compromiso, responsabilidad y aprendizaje continuo, sin mencionar los costes derivados de manutención, prevención e instalaciones. Desgraciadamente toda la labor de un criador puede echarse por tierra cuando alguien decide aparear a su mascota y vender "Bosques de Noruega" sin pedigrí. Es muy posible que estas personas tengan objetivos nobles y se muevan por el interés de presenciar el milagro de la vida, pero la ignorancia supina tanto de ellos como de sus compradores no justifica el deterioro que le causan a la raza.

Los gatos Bosques de Noruega no son una necesidad, son un lujo. Si no podemos llegar a permitírnoslo, es cien veces preferible adoptar un gatito abandonado y darle un hogar, antes de comprar un "sucedáneo" Bosque de Noruega nacido sin control, conocimiento o legitimidad.

© 2009 Linnet González Sánchez, queda terminantemente prohibido la reproducción total o parcial del contenido de éste articulo sin el consentimiento expreso de su autor.

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